La corriente migratoria del Perú privilegia otros países de la Unión Europea, donde existen mercados más amplios de índole laboral, con mayores oportunidades. Quienes vienen de paseo a la República Checa están impedidos de trabajar. Requieren una visa que les permita ejercer actividades lucrativas. La visa se concede a mérito del contrato respectivo, que debe ajustarse al régimen laboral checo.